Comenzaremos esta interesante ruta en un pequeño pueblo de las montañas a más de 1000 m de altitud. Caminaremos entre huertas y campos hasta llegar a la cabecera del espectacular barranco que descenderemos entre un frondoso bosque de laureles y brezos gigantes. Cientos de flores y el canto de las aves nos acompañarán. Observaremos los vestigios geológicos de las erupciones volcánicas pasadas y descubriremos cómo la acción del tiempo y la naturaleza han moldeado el paisaje. Nos asomaremos por un balcón natural con impresionantes vistas de la costa. Continuaremos orillando el barranco y nos encontraremos antiguas aldeas abandonadas, testigos de un pasado, donde los arrieros transitaron este camino con sus animales de carga. El sonido del agua y las antiguas canalizaciones indican la existencia de galerías subterráneas. En un cruce de caminos contemplaremos un enorme laurel centenario y divisaremos grandes cuevas volcánicas de tonalidad oscura. Un magnífico lugar que nos sumerge en las entrañas geológicas de la isla y nos muestra su evolución a lo largo de millones de años. Al final de la ruta, volveremos a cruzar por huertas y plataneras hasta llegar a un típico pueblo donde podremos saborear un café tradicional o brindar con un buen vino regional comentando las impresiones de esta fantástica experiencia. Llevar botas de montaña o calzado deportivo, agua, chubasquero, sombrero y protección solar.

Caminata apta para niños a partir de 12 años. Los menores de edad deberán estar acompañados de un adulto.

El precio es para un grupo privado de 1 a 4 personas. Precio por persona adicional 30€. Máximo 12 personas.